Miguel Ángel Santos Guerra nos explica a través de una gran
metáfora la diferencia entre una educación insuficiente y una buena
educación. La metáfora sería: Yo tengo un recipiente con agua, y hecho el agua en un vaso vacío.
Ello refleja la labor de algunos docentes, los cuales se encargan de
transmitir conocimientos a sus alumnos, proporcionándoles toda la
información necesaria, conocimientos que con el tiempo olvidarán,
mientras que, si cambiamos esto y simplemente nos encargamos de motivar
al alumnado, haciéndoles partícipes de su propio aprendizaje,
motivándoles a aprender y a buscar conocimientos, estaremos creando un
aprendizaje autónomo, reflexivo, crítico y además éstos serán capaces de
ayudar a los demás en la búsqueda del conocimiento. Esto último se
refleja en la metáfora: Esa persona que educa ayuda a que el otro
sepa donde hay manantiales de agua, de modo que le hace un buscador
autónomo. Segundo, cuando la encuentra sabe distinguir si está
contaminada o no, y tercero es capaz de compartir el agua con los que
tienen sed.
Existe un gran dilema entre considerar a la escuela como una gran
institución reproductora o transformadora. Es una institución
reproductora porque ha sido creada y reproducida por las sociedades,
pero sin embargo, debemos cambiar esa concepción equívoca, ya que la
escuela debe ser una institución transformadora, por lo que debe
transformar las sociedades, tiene que transformar el proceso educativo,
los alumnos no sólo se deben dejarse llevar por el reino de lo
cognitivo, lo que saben, sino también hay que tener en cuenta el reino
de lo afectivo, dejarse guiar por los gustos, por las pasiones, para
así, poder ser mejores profesionales en nuestro ámbito.
La clave no es el problema en sí, sino como vivimos el
problema, a través de él uno se enriquece, se fortalece, todo lo que
cuesta, todo lo que requiere esfuerzo nos fortifica. A lo largo de la
profesión docente nos encontraremos inconvenientes, problemas,
dificultades, pero, depende de cómo los solucionemos, seremos buenos o
malos docentes. Como decía Freud: “Yo he vivido una vida estupenda porque nada me fue fácil”.
Para todo ello es necesario empezar por la buena y correcta
selección del profesorado, por la formación de éstos. Como bien se
cuestiona en el vídeo Miguel Ángel Santos, ¿cómo puede haber en España
siete leyes de educación y no haberse cambiado la formación de los
profesores?
Al igual que la sociedad está en constante cambio, la educación
docente requiere de un progreso, de una mejora. No todo consiste en los
conocimientos que posee un docente, sino en saber transmitirlos, en
saber enseñarlos, obviamente, con el deseo de aprenderlos. Es necesaria
la selección de un maestro/a para la futura formación de éstos. George
Bernand Shaw decía: “El que sabe, hace; el que no sabe, enseña”. Es decir, el que no vale para otra cosa, vale para dar clase.
Esto no puede ser así, esta educación requiere un cambio, por
ello, quien quiera dar clase necesitará un periodo previo de preparación
pedagógica.
La educación es un ámbito indispensable dentro de las escuelas, pero también, dentro de las sociedades.
“Hace falta un pueblo entero para educar a un niño”.
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